Han pasado ocho años desde que Batman desapareciera en la oscuridad, convirtiéndose, en ese instante, de héroe en fugitivo. Al asumir la culpa por la muerte de D.A. Harvey Dent, el Caballero Oscuro lo sacrificó todo por lo que considera, al igual que el Comisario Gordon, un bien mayor. La mentira funciona durante un tiempo, ya que la actividad criminal de la ciudad de Gotham se ve aplacada gracias a la dura Ley Dent. Pero todo cambia con la llegada de una astuta gata ladrona, que lleva a cabo un misterioso plan. Sin embargo, es mucho más peligrosa la aparición en escena de Bane, un terrorista enmascarado cuyos despiadados planes para la ciudad hacen que Bruce regrese de su autoimpuesto exilio. Pero a pesar de volver a ponerse el traje, es posible que Batman no sea suficiente para combatir a Bane.
Un policía irlandés poco ortodoxo se ve forzado a colaborar con un agente del FBI para investigar un asunto internacional relacionado con las drogas.
Lisa, una estudiante neoyorquina de 17 años, está convencida de haber provocado, aunque involuntariamente, un accidente de tráfico que le ha costado la vida a una mujer. Se siente tan impotente y desolada que empieza a tratar con crueldad a su familia, amigos, profesores y, sobre todo, a sí misma. Y es que las circunstancias la han colocado frente a una verdad esencial: sus ideales de juventud no se corresponden con la realidad y las responsabilidades que implica el mundo adulto.
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